En el artículo anterior El liderazgo
neurótico ¿sabéis a qué nos referíamos? (ver: https://lamiranueva.blogspot.com/2024/08/el-liderazgo-neurotico-sabeis-que-nos.html?m=1)
detallábamos las características de una persona que, creyendo que es un líder,
en realidad es un déspota que se dedica a encumbrarse a sí mismo a costa de
fagotizar a los demás. No importa a
quien tenga que sacrificar con tal de “salir en la foto”. Sacrifica a sus
amigos después de haberles sacado partido y exige obediencia ciega con insultos
y amenazas.
Dábamos
también unas recomendaciones para quienes tienen que sufrir este abuso
psicológico con el fin de que pudieran mantener su integridad.
En este
artículo hablaremos del daño que puede hacer una persona de estas
características cuando tiene el poder de dirigir un pueblo y el riesgo de que
acabe destruido, tal y como pasó en la Roma arrasada por Nerón.
Ya hablamos
de las características psicopatológicas en estos dirigentes para con sus
colaboradores, y ahora analizaremos sus
comportamientos para con el pueblo.
Nerón era una
persona neurótica e histriónica: Necesitaba ser el centro de atención
compulsivamente y para ello organizaba eventos en los que era el eterno
protagonista y en los que gastaba
ingentes cantidades de dinero público. Lástima que no pudiera hacerse fotos
para inmortalizar el momento.
Ahora ya
tenemos fotos a diestro y siniestro. No hay momento en el que nuestra líder no
aparezca en ellas, recurriendo incluso a hacer desaparecer al Concejal de
Cultura de la foto de clausura del programa “Buenas Noches” para ser el centro
de atención indiscutible en todo. Ahora ya ha conseguido borrar del todo al
concejal del equipo de gobierno.
¡Otro más, y
van dos!
Ya, desde el
principio se vio venir el afán de darse la importancia que necesitaba. La toma
de poder al asumir la gestión política del pueblo, que debe hacerse con la
solemnidad que implica esa responsabilidad, en su caso se convirtió en un evento con aperitivo, vino español y
banda de música; porque esta líder necesita compulsivamente resonancia pública
para afianzar su aceptación y su poder. Desde entonces, eventos y más eventos
con catering, banda, charanga o grupo musical y en los que siempre, como Nerón,
pretende ser la protagonista.
Ocurrencias
para darse autobombo y gastar el dinero público inútilmente son muchas. Una de
las últimas fue la de pretender convertir a Hoyo en “Un pueblo de película”,
cuando la realidad es que, pese a la exhaustiva propaganda, sólo acudieron al evento un puñado de
visitantes. Se demostró que a muy pocas personas les importa un cuento repleto
de grandilocuencias. Eso sí, el pueblo amaneció con más banderas y más
despilfarro: se gastó unos 140.000 €. Con esta ocurrencia de promocionar el
cine como atractivo de Hoyo, como si estuviéramos en Almería o en el mismo
Hollywood, no sabemos el dinero real que
se lleva gastado, pues no facilita las facturas a la oposicion, y lo que se
gastará.
Pero el
dinero público no sólo lo gasta en eventos folclóricos, también lo utiliza para
beneficio personal y para premiar a sus fieles.
De entrada, los ocho concejales de
PP/VOX, se aprobaron una subida de sueldo que nos costaban 100.000 € más que en
la anterior legislatura, y posteriormente se han subido un 0,5% más en 2023, y
suponemos que un 2,00% más en 2024, por un concepto que los concejales que
gobernaron antes consideran inapropiado y han rechazado, ya que sólo debe
aplicarse a los empleados públicos.
Tampoco facilita los gastos que
realiza con su tarjeta del Ayuntamiento.
Ha incrementado 25.000€ en
gratificaciones a los 75.000 existentes previamente y los paga a quien ella quiere, tal y como dijo
públicamente en un Pleno. La política de
gratificaciones se ha convertido en una política de premios y castigos,
utilizando la maquiavélica táctica de “divide y vencerás”. ¡Qué fácil es pagar
favores con dinero ajeno!
Sabemos que,
a pesar de lo que han recaudado con la abusiva tasa de basuras, Hoyo está sin
dinero. Lo que se había ahorrado de años anteriores, y que figuraba en el
“remanente de Tesorería, ha desaparecido.
En el caso de Nerón, ante el
saqueo permanente de los tesoros de los templos, y de las arcas de las provincias para pagar sus correrías, el
pueblo miraba para otro lado y se contentaba con las raciones de pan, vino y
espectáculos públicos. Aunque su impopularidad fuese cada vez mayor, los
senadores le dejaban hacer, anteponiendo su despilfarro y excentricidades a su
anterior éxito político. Algunos senadores se implicaron en conjuras, pero la
mayoría tuvieron una actitud conformista e incluso de acatamiento servil a las órdenes
del emperador. Todo valía para no caer en desgracia al tirano.
Finalmente
Nerón cayó y fue declarado enemigo público por el propio Senado, cuando las
humillaciones a las familias más antiguas de Roma hicieron insostenible la
situación.
Aquí tenemos ejemplos de sobra,
tanto de las humillaciones que se están infringiendo, como de senadores que
acatan sin rechistar las órdenes del tirano.
A buen entendedor…