Antonio Maíllo reclama a la Unión Europea que “intervenga ya” y “exija un alto el fuego en Gaza y un

miércoles, 17 de diciembre de 2025

A CONTRACORRIENTE

 

Y pienso en las niñas que mueren de hambre con sus huesos marcados y pienso en las más 350 personas asesinadas en Gaza y Cisjordania desde que todo el mundo aplaude un acuerdo de paz de mentira.

Luces de neón y brillos navideños por toda Zaragoza. Cientos de personas acudiendo al centro de la ciudad con la ilusión de un ‘mundo feliz’.

Vamos a contracorriente hacia la manifestación de Solidaridad con el Pueblo palestino. No encontramos huecos para subir, desviamos nuestro recorrido… Me acuerdo de Huxley y ‘Un mundo feliz’, la gente en masa tomando el «soma» y viviendo en una realidad de sueño profundo, pero feliz, donde todo es perfecto… aunque no lo sea.

Bajamos las calles con banderas palestinas…la misma gente, que antes me molestaba para subir por Gran Vía, ahora mira absorta y siento que les molesto. Les molesta que sus hijos escuchen: «los niños de Gaza no son amenaza», les molesta que sus hijos miren con ojos grandes de niño, llenos de interrogantes, les molesta que haya personas que les recuerden que el mundo está enfermo y hay gente al otro lado del Mediterráneo que tiene miedo, hambre, frío y sufren el infierno en sus carnes y en el seno de sus familias. Por eso grito más fuerte.

Pienso en los 1.197.486 € gastados en luces en mi ciudad y me parece obsceno, pienso en los niños que acurrucados y escondidos tras una puerta son descubiertos por los soldados israelís y muertos de miedo suben sus manitas, se agachan y arrodillan como les dicen y son baleados como si fueran conejos, como si no fueran niños, como si no fueran almas con derecho a la vida… Y pienso en las niñas que mueren de hambre con sus huesos marcados y pienso en las más 350 personas asesinadas en Gaza y Cisjordania desde que todo el mundo aplaude un acuerdo de paz de mentira.

Y vuelvo a Huxley y pienso en Matrix y esa escena que me cautiva cada vez que la recuerdo, cuando le ofrecen al protagonista una pastilla roja y una azul para que elija entre vivir en una realidad falsa y feliz o poder ver la realidad completa. Yo elijo estar en el lado de la verdad, porque solo vivimos una vez y la felicidad son instantes intensos que tenemos que apreciar y guardar, pero no podemos negar esa felicidad a millones de personas, a miles y miles de niñas y niños. Por eso, cuando veo el lazo enorme de regalo que engalana el ayuntamiento de nuestra ciudad me avergüenza… porque no quiero dejar de pensar en las tiendas conplásticos improvisados en los que viven miles de personas en Gaza bajo artillería y bombas y un gélido invierno, pero tampoco de ese plástico azul rodeado de otros varios que habitan en el parque Bruil decenas de personas con derechos y dignidad para existir como tú y como yo, a tan sólo unos cientos de metros de mi casa. Cuando vi ayer ese lazo rojo deslumbrante me acordé de ellas y también de las decenas de personas que se han quedado sin trabajo en las Casas de Juventud y en las Zonas Jóvenes de Zaragoza o que han tenido que tragar con condiciones miserables laborales… ¿Qué sentirán al ver tanto gasto en luces y brillo?

Realidad y ficción… tanta gente que va a pasar estas navidades por el Belén navideño…¿Contarán a sus hijos que Jesús de Nazaret nació en Palestina y que ahora mismo están sometiendo a su población, bombardeando a personas que viven en plásticos, matando niños, ocupando sus tierras, cortando olivos, gaseándoles hasta la asfixia, expulsando a la gente de sus casas y sus pueblos, demoliendo barrios y ciudades enteras? ¿O es mejor seguir aplaudiendo luces y disfrutando de nuestra realidad paralela?

Disfrutar de la vida es un derecho y casi una obligación moral, dadas las circunstancias mundiales en la actualidad. Hagámoslo, pero no nos dejemos deslumbrar por lo que está hueco, por lo que se pinta de color para tapar la oscuridad, no caigamos en la ignominia del «pan y circo», porque la época de emperadores se fue y no queremos que nos traten de tontos. El despotismo ilustrado también es pasado y no queremos «todo para el pueblo, pero sin el pueblo» y porque todas las almas que vagan entre oscuridad y grises no merecen ser olvidadas ni hoy ni nunca. Ni olvidadas, ni abandonadas en su justa lucha por la libertad y una vida en paz.

Cruz Maorad Videgain | 4/12/2025

En: A contracorriente | NR | Periodismo alternativo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A CONTRACORRIENTE

  Y pienso en las niñas que mueren de hambre con sus huesos marcados y pienso en las más 350 personas asesinadas en Gaza y Cisjordania desde...