Área de Ecología
Asamblea Local de Izquierda Unida de Hoyo de
Manzanares.
Queda menos
de un mes para qué, con el fin de las fiestas locales, de comienzo realmente
una nueva legislatura municipal encabezada por un gobierno que tiene que
cambiar muchas de lo hecho en ocho años “peperos”; y una de ellas es la de la
gestión de los residuos, algo que hay que cambiar en profundidad para hacerla
más ecológica.
La gestión
de los residuos, que es competencia municipal, es uno de los mayores problemas
y, también de los de más difícil solución, a los que se enfrentan las
sociedades y, por lo tanto sus administraciones de las ciudades y territorios
de todo el mundo y, en nuestro caso el nuevo equipo de gobierno del
Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares.
Nuestro
modelo productivo, de comercialización y de consumo no sólo ha contribuido al
aumento de la cantidad de las cosas que tiramos, sino que también ha creado
nuevos tipos de residuos más peligrosos y contaminantes. Actualmente los
residuos –en España una media de un kilogramo diario por persona- suponen un
problema gravísimo no sólo para el medio ambiente sino también para nuestra
salud.
La
problemática de los residuos es compleja y no sólo empieza en el supermercado y
termina en el vertedero o la incineradora. Todos los materiales tienen su
origen en algún tipo de recurso natural, sea renovable o sea limitado, han
formado parte de un proceso de producción y distribución que, a su vez, supone
un consumo de energía y producción de residuos durante estos procesos. Por ello
hay que actuar desde la base.
Este reto
tiene que enfrentarse de forma valiente y decidida, apostando por estrategias
de gestión, en gran medida diferentes a las que hasta ahora se han venido
utilizando. La gestión de los residuos no puede ser una continuidad de la
actual, por muchas mejoras que a la misma se le puedan introducir.
Es necesario
superar las limitaciones del actual sistema de gestión de residuos, superación
que debe partir del principio de que el residuo que mejor se gestiona es el que
no se produce, por lo que se debe contemplar como uno de sus ejes básico el de
la reducción de los mismos.
La propia
Ley de Residuos Ley
22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados establece que: “Esta
Ley tiene por objeto regular la gestión de los residuos impulsando medidas que
prevengan su generación”, impulsando junto con la reutilización y el reciclado,
la implantación de medidas de prevención.
Reducción,
reutilización, retorno y reciclaje deben ser los cuatro pilares de la gestión
de los residuos en Hoyo de Manzanares, que debe superar en su duración los
cuatro años de esta legislatura.
El
primer paso para la reducción es «reducir la generación de residuos»; término genérico que se puede considerar
sinónimo del de «prevención de residuos».
La reducción de residuos tiene en consideración los dos primeros conceptos
jurídicos de la Directiva marco europea sobre residuos: «la prevención de
residuos» y «la preparación para la reutilización»
La
reutilización está íntimamente relacionada con la prevención en la producción
de residuos ya que cuanto más re reutilice, menos residuos se producen; lo que
aplicable de manera muy especial a la adopción de medidas centradas
principalmente en la reutilización de los envases y embalajes de todo tipo.
Retorno significa que el envase vuelve a la cadena de producción, es
una materia prima en condiciones de convertirse en cualquier nuevo producto, el
ciclo se cierra y no hay residuos, sino recursos. El retorno manual es viable y
se venía haciendo hasta hace poco tiempo y considera que promoverlo mediante
descuentos en el producto similares, está
teniendo muy buena acogida en otros países e incluso en ciudades españolas como
Pamplona y garantiza que se reciclen y reutilicen un mayor número de
envases, por ejemplo con el “Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR). La única manera de superar las limitaciones de la
gestión actual de residuos, especialmente los de los envases a través de los
Sistemas Integrados de Gestión (SIG), es el establecimiento de un sistema de
depósito y retorno para envases. Con un sistema de envases reutilizables, el
depósito y el retorno, los costes íntegros de la gestión de los envases
(llenado, distribución, recogida, almacenaje, limpiado) son asumidos por
fabricantes y distribuidores.
Por otra
parte, los beneficios ambientales del sistema de devolución (incremento de la
calidad y cantidad de materiales recuperados, disminución de la suciedad,
incremento de los envases reutilizables y reducción de residuos) son
reconocidos por un creciente número de países y regiones que año tras año
engrosan la lista de sistemas de depósito existentes, y es reconocido por la
Comisión Europea. No sólo no hay ningún país con un sistema de depósito
implantado que lo haya retirado sino que los sistemas implantados se amplían
para cubrir nuevos productos. Y en todos existen pequeño comercio y grandes
superficies.
Para una
gestión más eficaz y sostenible de los residuos es preciso abordar su gestión
desde una visión global: conseguir un cambio en los procesos productivos
utilizando materiales biodegradables o más fáciles de reciclar, de mayor
duración y con menor toxicidad y hacer un mayor esfuerzo en la prevención y
reutilización siguiendo el principio de jerarquía antes mencionado. Es
imprescindible la implantación de objetivos de reducción, reutilización y
reciclaje más ambiciosos y medidas eficaces para alcanzarlos.
Las
insuficientes tasas de reciclado con el contenedor amarillo tienen remedio,
pero la solución no pasa sólo por más contenedores amarillos o campañas
publicitarias culpabilizadoras que invocan al voluntarismo ciudadano hasta la
extenuación para seleccionar bien los envases. En países como Alemania, el sistema de retorno de
envases es el único que garantiza el éxito del reciclaje
Diversas
ciudades en el mundo, como Canberra o San Francisco, han implementado un modelo
de residuo cero
Avanzar hacia un modelo de residuo
cero
Contener
como principios prioritarios los de “REDUCIR”; “REUTLIZAR”; “RETORNAR” y
“RECICLAR”.
Potenciar
el compostaje como método para el tratamiento de una parte importante de los
residuos orgánicos, especialmente de los de origen vegetal
Someter
la “fracción resto” a tratamientos de
minimización y estabilización, descartándose la incineración.
Considerar
la gestión de residuos como un servicio público esencial, que debe ser ofrecido
por las administraciones públicas.
·
Aplicación
a la generación de residuos del principio “quien contamina paga
· Para
el desarrollo de la recogida selectiva de materia orgánica, la generalización
de la producción del compost de calidad y la creación de actividad económica y
empleo será necesario impulsar un conjunto de medidas, entre las cuales que se
pueden señalar las siguientes:
·
Establecer
un marco normativo –Ordenanza- que generalice la recogida selectiva de la
materia orgánica de los residuos de competencia municipal para disminuir los
impactos ambientales asociados a la gestión actual y disponer, asimismo, de un
compost de calidad.
·
Establecer
un objetivo municipal de recogida selectiva de la Materia Orgánica del 80% que
contribuya a la reducción de los importantes impactos ambientales asociados a
la gestión actual de la misma y que promueva, a su vez, la generación de
empleo.
·
Es
necesario priorizar el compostaje frente a otro tipo de tratamiento. Ello
obedece a que entendemos que las necesidades de inversión en nuevas plantas de
tratamiento deben dirigirse a la construcción de plantas de compostaje, las
cuales necesitan de unas inversiones más reducidas y tienen un potencial superior
para realizar un tratamiento de un mayor volumen de residuos orgánicos.
·
Establecer
los mecanismos de control suficientes para garantizar la calidad del compost
producido y así poder desarrollar e impulsar un mercado de comercialización del
compost de calidad.
·
Prever
las inversiones municipales necesarias para promover este cambio de modelo de
gestión y asegurar la generación de empleo.
·
Es
necesaria la adopción de medidas fiscales e inversiones que incentiven y
promuevan el compostaje frente a otras modalidades de tratamiento (incineración
y vertido) que llevan aparejadas importes impactos sobre la salud y el medio
ambiente.
·
Incentivar,
mediante medidas fiscales la supresión de envases de plástico en la venta de
productos, potenciando al mismo tiempo la venta a granel y no envasada de
productos alimenticios.
·
Todas
estas medidas deben ser acompañadas de campañas de sensibilización ciudadana
para mejorar la recogida selectiva de la materia orgánica y el autocompostaje.
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