referentes a la corrupción de Juan Carlos I. La Casa Real tomó la decisión de desvincularlo en plena crisis, quizá con la esperanza de que pasaría desapercibido. Sin embargo, esto no ha sido así y la decisión no ha hecho sino amplificar la información de las corruptelas. En un estado de hipersensibilización, incertidumbre y concienciación en torno a lo público, la monarquía se ha situado enfrente de la ciudadanía.
La comparecencia fue acogida
por una cacerolada por parte de quienes o bien somos republicanos y por tanto
críticos con la mera existencia de la monarquía como también por parte de
quienes consideran una vergüenza la corrupción real. La derecha ha cerrado
filas con Felipe VI, alabando el discurso de unidad y su liderazgo. Vox ha ido
más allá y nos ha acusado, tanto a Unidas Podemos como a quienes han
participado en la cacerolada, de dividir a los españoles y generar crispación.
Ante esto manifestamos
1. Es
una vergüenza que en un país en el que faltan camas en los hospitales para
curar a nuestros enfermos, la máxima autoridad se haya enriquecido gracias a la
corrupción y a los negocios sucios.
2. La
crisis del coronavirus está poniendo de manifiesto la importancia de lo público
y de lo común. De la crisis tenemos que salir hacia un país más justo, más
solidario y más igualitario. Esto no será posible si todavía hay quienes viven
a costa del sacrificio de los demás y representan los intereses contrarios de
lo público y lo común. Sus privilegios y sus corruptelas son nuestros recortes
en sanidad pública
Si el rey quiere renunciar a la herencia de su padre que empiece por renunciar a la corona
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