La libertad de la
derecha extrema y de la extrema derecha es la de deteriorar los servicios
públicos para fomentar los negocios privados; es la de poder hacer recortes en
sanidad, educación, servicios sociales, pensiones y un largo etc.
Es su libertad para
privatizar la atención a nuestros mayores con las consecuencias, de todos
sabidas, de unas residencias privadas donde lo que prima es el beneficio y no
la vida digna.
Su libertad es la de
negar la libertad y el derecho a tener una muerte digna y la de negar a las
mujeres para que decidan si quieren o no interrumpir voluntariamente su
embarazo.
Libertad para que las
decisiones de los abstractos mercados se sitúen por encima de las de los
ciudadanos y de las de sus representantes libremente elegidos.
Pero eso no es
Libertad, es la dictadura del capital, la de las multinacionales y los fondos
de inversión, entregándoles la sanidad, la educación, la vivienda o las
residencias de mayores.
Libertad no es
rescatar bancos y no personas.
Libertad no es
desposeer al pueblo de la sanidad, la educación, la vivienda y los servicios sociales públicos y entregarlos a la empresa privada y fondos buitre para favorecer la acumulación capitalista.
Libertad no es
provocar la miseria con reformas laborales que han traído consigo trabajos
precarios, sueldos de miseria y pobreza entre hombres y mujeres que, aún con
trabajo, están en la pobreza o en su umbral.
Libertad no es que
una mujer no pueda regresar tranquila a casa por la noche sin el temor a ser
atacada.
Libertad no es que
una persona LGTBI no pueda pasear libremente por la calle sin miedo a ser
agredida por quienes precisamente ahora se les llena la boca con esa palabra.
Libertad no es que
nuestros jóvenes no puedan independizarse porque no tienen acceso un trabajo
digno y una vivienda.
Libertad no es
mantener a un gran número de ciudadanos, especialmente mujeres, con pensiones
muchas veces por debajo del nivel de pobreza.
Libertad es que todas
y todos participemos activamente en la toma de decisiones; libertad es
participación ciudadana, es la soberanía del pueblo, del Demos.
Pero para que el
pueblo pueda ejercer verdaderamente la libertad tiene que poder disfrutar de
una vida y un trabajo dignos; de una sanidad, una educación y unos servicios
sociales públicos y unas pensiones dignas públicas de calidad para todas y
todos.
Libertad es que una
mujer pueda volver sola y tranquila a casa por la noche independientemente de
su estado o vestimenta.
Libertad, la
verdadera libertad, es lo que gritaban y exigían obreros y estudiantes atacados
por las porras y fusiles de los grises o la Guardia Civil.
Libertad es por la que se luchó, por la que al exigirla años se sufrió cárcel persecución y muerte y por la que hay que seguir siempre luchando. La libertad no se regala se conquista.
Libertad es la de la
canción de Labordeta no la del mensaje de Ayuso.
Y ya que en este mes
de abril de 2021, se conmemora el nonagésimo aniversario de la proclamación de
la República, hay que decir que Libertad es también que el Jefe del Estado sea
elegido por todos los ciudadanos del Estado y no ser designado por un derecho
de sangre.
Recomendable
sobre la libertad y Ayuso el artículo de Ignacio Escolar el eldiario.es https://www.eldiario.es/escolar/mentiras-ayuso-libertad_132_7880588.html?mc_cid=7c34f57e2a&mc_eid=4033c5e1e7
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