Este 25 de noviembre volvemos a las calles contra todas las violencias machistas y a gritar alto y claro
“Que la vergüenza cambie de bando”.
La
violencia machista es una violencia estructural que tiene sus raíces en relaciones
patriarcales arraigadas en profundas desigualdades. Una violencia que se da en
todos los países y que se dirige a todas las mujeres. La violencia contra las
mujeres tiene múltiples formas; la violencia sexual es una de las formas más
significativas de la violencia contra las mujeres y muchos de los perpetradores
gozan de total impunidad. En el mundo 150 millones de niñas menores de 18 años
han sufrido agresiones sexuales, y en la Unión Europea una de cada tres mujeres
ha sufrido agresiones o abusos sexuales desde los 15 años de edad.
Millones
de mujeres son sometidas a mutilaciones genitales, obligadas a casarse,
asesinadas, violadas y prostituidas, quemadas vivas o torturadas por el hecho
de ser mujeres; usadas como vasijas para engendrar seres humanos previamente
comprados. Sociedades machistas que penalizan también a las mujeres LGTBIQA+
por sus disidencias de la norma heterosexual patriarcal.
Esta
violencia se agrava en países en conflicto bélico; el cuerpo de las mujeres se
convierte en lugar estratégico para los fines de la guerra.
No
podemos pasar por alto la violencia que se perpetra bajo la ocupación y el
colonialismo. Denunciamos al ilegitimo Estado de Israel que está perpetrando un
genocidio en Gaza donde mujeres y menores son asesinados diariamente ante el
silencio internacional.
Avanzamos
con la Ley Si es Si, con la Ley trans, con la Ley de Memoria Democrática.
Unidas paramos los desahucios de nuestras vecinas, salimos a defender la paz y
contra la guerra, salimos a la calle con las mujeres palestinas, saharauis,
iraníes, salimos a defender los derechos de las mujeres migrantes para acabar
con la violencia ejercida sobre ellas.
Desde
Izquierda Unida creemos que el apoyo y atención a las víctimas es fundamental,
por ello reclamamos que se aprovechen los fondos del Pacto de Estado para
implantar una red de atención de proximidad potente que permita a las mujeres
recibir los apoyos que necesitan.
Somos
abolicionistas de la prostitución y por eso consideramos necesario que en
nuestro país se trabaje en ese horizonte, ampliando los fondos destinados a las
mujeres que deseen salir de esa situación de prostitución y fondos adicionales
para la educación de la sociedad.Porque es necesario que se pongan en marcha en
todas las provincias los centros 24 horas.
Salimos
a la calle este 25N para recordar a los distintos gobiernos, central,
autonómico y local, la urgente necesidad de poner en marcha una agenda
feminista, porque el capitalismo depredador y especulativo impide el acceso a
la vivienda, donde el 60% de los hogares de alquiler encabezados por mujeres se
sitúa por debajo del umbral de la pobreza.
Seguimos
luchando contra un sistema que perpetúa las desigualdades de clase y fomenta la
violencia estructural contra las mujeres; mujeres trabajadoras, precarizadas y
empobrecidas, que subsisten en condiciones de explotación. Seguimos luchando
para que el feminismo sea una herramienta de transformación económica.
Seguimos
demandando un sistema público-comunitario de cuidados que asuma el trabajo no
pagado que hacen las mujeres en la familia, y que son un síntoma de los
privilegios de los que se sirve el patriarcado para mantenerse.
Un
año más saldremos a la calle para denunciar un sistema capitalista y patriarcal
que no cuida la vida ni el planeta. Es necesario incorporar mujeres tanto al
cambio de modelo productivo como el energético, así como disminuir la pobreza
energética que incide en las mujeres.
Este
25N salimos a las calle a denunciar la violencia sexual que se ejerce sobre las
mujeres y las niñas, violencia aceptada y normalizada por la sociedad. Los
relatos masivos que las mujeres han hecho de sus experiencias dan idea de la
envergadura y de la normalización de la violencia, del silencio y de las
complicidades. Salimos a la calle a reclamar que se ponga el foco en los
agresores y no en las víctimas.
En
Izquierda Unida somos conscientes que el machismo es transversal y nos
atraviesa también a las organizaciones de la izquierda transformadora, que
también hemos formado parte de ese silencio colectivo y colaborador con los
agresores. Que la violencia política es una manifestación de poder, basada en
relaciones asimétricas que se dan dentro de las organizaciones, sabemos que la
impunidad no se derrumba con un escándalo pasajero, que es una estrategia de
fondo.
Como
feministas sabemos muy bien que construir organizaciones y referencias
políticas libres de machismo y patriarcado es la base para cambiar nuestro
mundo.
Estamos
convencidas de que la vergüenza cambiará de bando gracias a la lucha y al
feminismo, por ello:
Este 25N frente a las
violencias machistas gritamos con rabia feminista
¡Que la vergüenza cambie de
bando!
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