
Autores: Dr. Debbie Fletcher,
Dr. Dominic Hogg, Maxine von Eye, Timothy Elliott y Leila Bendali
E.3.0 Conclusiones
Con objeto de plantear un modelo
potencial de depósito, devolución y retorno en España, hemos podido examinar de
cerca los costes y beneficios que puedan estar implicados en la implantación de
un SDDR. Utilizando ejemplos existentes, hemos calculado que un valor de
depósito de 0,20 € permitiría conseguir un índice de devolución de aproximadamente
el 89% para botellas de vidrio, latas, botellas de PET y bricks que hemos
incluido en el SDDR.
Suponiendo que los resultados de
reciclaje existentes se mantengan para los envases que queden dentro del
sistema de recogida selectiva de residuos domésticos en áreas de aportación,
hemos calculado que un índice de devolución del 89% al SDDR provocaría un
incremento del 59% en la recogida selectiva de envases incluidos en el SDDR, un
incremento del 18% en el reciclaje global de metales, plásticos y vidrio y un
incremento del 14% en el reciclaje global de todo tipo de materiales de
envasado recogidos selectivamente en el conjunto del país.
El coste global anual de
funcionamiento del SDDR (es decir, el monto de tasas administrativas que
deberían pagar los fabricantes) se ha calculado en 243 millones de €.
Suponiendo un índice de devolución del 89%, los costes se reparten entre los
fabricantes, en forma de 0,013 € de tasa administrativa sobre cada envase
comercializado, y los consumidores, en la medida en que éstos decidan renunciar
a recuperar el depósito.
Es importante señalar que también
hemos incluido el ahorro resultante que se conseguiría en otros circuitos de
gestión de residuos, en concreto en los sistemas actuales de recogida
selectiva, como resultado de la introducción de un SDDR. El impacto económico
neto global de la introducción de un SDDR se ha determinado como se indica a
continuación:
1) Existe un coste anual neto
para los productores de 120 millones de € (0,007 € por envase comercializado). Este
coste refleja el equilibrio entre las tasas administrativas que paguen los
fabricantes al SDDR y la reducción de los pagos que los fabricantes tendrían
que realizar según el actual sistema integrado de gestión.
2) El coste que supone para el
minorista la manipulación y el procesamiento de los envases devueltos al SDDR
se sufraga completamente mediante las tasas de manipulación que éste recibe del
sistema central por cada envase devuelto. Por ello, no existe impacto económico
neto sobre los minoristas.
3) El ahorro total para los
municipios/contribuyentes se estima entre 57 y 93 millones de € al año (según
el coste de eliminación supuesto). Este ahorro es el resultado de la reducción
de los costes de recogida y eliminación asociados al actual sistema de recogida
selectiva de los residuos mezclados, a la limpieza viaria y el vaciado de
papeleras y a los puntos limpios. Podría producirse un ahorro adicional al aquí
presentado si los pagos realizados por los actuales sistemas de punto verde no
cubren totalmente el coste de recogida (por ejemplo, si el municipio vacía los
contenedores con más frecuencia de la supuesta en los cálculos realizados por
los SIG para establecer las cuotas que se pagan al municipio).
4) El ahorro total para las
empresas que pagan actualmente por la recogida de residuos comerciales se cifra
entre 11 y 15 millones de € al año (en función del coste de eliminación
supuesto).
5) Con un índice de devolución
global del 89%, el coste para el consumidor sería de 385 millones de € al año, que
pagarían aquellos consumidores que prefieran no devolver sus envases al SDDR y
que, de este modo, renuncien a su depósito.
6) El impacto económico global
resultante de la introducción de un SDDR en España tiene un coste neto que se
cifra entre 389 y 429 millones de € al año (en función del coste de
eliminación).
El coste global de la recogida de
envases se traslada específicamente a los fabricantes y consumidores, por lo
que la población en general dejaría de pagarlo a través del sistema municipal de
recogida y tratamiento de residuos.
También hemos intentado definir
los costes de inversión que estarían asociados a la implantación de un SDDR en
España. Según este modelo, el coste total de establecer el SDDR central sería
de 32 millones de €, más otros 1,7 millones de € adicionales para que los
fabricantes adapten el etiquetado.
Estos costes de inversión no son
desdeñables; sin embargo, dado el gran número de fabricantes y minoristas
implicados en el mercado español, dichos costes se podrían repartir de modo que
se garantizara que las cuotas de adhesión resultaran razonables y admisibles
tanto para los fabricantes como para los minoristas.