Aunque aún queda trabajo por hacer, lo acordado entre gobierno, sindicatos y patronal supone un primer paso de gigante para mejorar las condiciones materiales de vida de la clase trabajadora ya que ha revertido parte de los recortes que, desde Felipe González se han venido haciendo a los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
El acuerdo
alcanzado mejora los derechos de las personas trabajadoras y es un gran primer paso
adelante entre el Gobierno de coalición y los agentes sociales de cara a
revertir gran parte de la reforma laboral impuesta por el Partido Popular hace
casi una década, que desde entonces y hasta ahora seguía recortando importantes
derechos tanto a las personas trabajadoras como a su representación sindical.
En
estos años de gobierno de coalición se han tomado medias muy importantes en
materia laboral y quizás la de mayor calado haya sido esta última reforma
laboral, con importantes diferencias, tanto en la forma como en el fondo,
frente a las reformas anteriores del marco laboral ya que es la primera que
supone mejoras en las condiciones laborales, en contra de lo que ha sido la
tradición de reformas en esta materia que siempre fueron de recortes desde la
de Felipe González que supuso una Huelga General hasta la del Partido Popular
de 2012.
En
el acuerdo alcanzado es importante señalar lo siguiente:
·
Que el acuerdo aborde finalmente y mejore de
forma sustancial los tres pilares en los se sustentan las relaciones laborales
como son las formas de contratación, la modificación de las condiciones de esta
y el despido.
·
La forma positiva de como aborda lo que tiene
que ver con la contratación, ya que se recupera el principio de causalidad
eliminado en 1983 al desarrollarse los contratos de fomento de empleo se rompe
con una cultura de la precariedad iniciada hace casi cuatro décadas. Ahora
vuelve a ser la causa la que defina la creación del empleo; si la causa es
indefinida, el contrato también lo será y si es claramente temporal, no habrá
rotación para la misma causa.
·
Para los jóvenes es especialmente positivo
que se elimine la contratación ‘a la carta’, un sistema que condenaba a las
personas trabajadoras más jóvenes a ‘contratos basura’ sin solución de continuidad.
·
Es muy importante la recuperación de la
preponderancia del convenio del sector sobre el de la empresa, tal como estaba
antes de la reforma impuesta por la derecha, ya que en un país donde el 95% de
las empresas tiene menos de 25 trabajadores/as, esto significa una mayor
protección de derechos precisamente para quienes están en situación de mayor
debilidad en sus condiciones laborales.
Aunque
aún queda trabajo por hacer, como lograr mejoras en las indemnizaciones por
despido improcedente, lo acordado supone un primer paso de gigante para mejorar
las condiciones materiales de vida de la clase trabajadora.
Hay que felicitar muy especialmente a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por el trabajo realizado en los últimos meses hasta alcanzar este objetivo haciendo posible, junto a la responsabilidad y generosidad demostrada por los sindicatos CC.OO y UGT, que unos cambios tan profundos hayan salido adelante por primera vez con el respaldo unánime de todos los interlocutores en el marco de la Mesa de Diálogo Social”.
Los despidos siguen igual
En las
ya mencionadas respecto al despido no ha habido modificaciones, lo que supone
que la generalización de la rebaja de la indemnización por despido improcedente
de 45 a 33 días por año trabajado con un tope de 24 mensualidades para el
tiempo trabajado a partir de febrero de 2012, una medida que la reforma de
Zapatero comenzó a extender y que la de Rajoy generalizó, sigue vigente. Ocurre
lo mismo con la de 20 días y 12 meses en los despidos objetivos por causas
económicas; es decir, las que se justifican por la entrada en pérdidas
económicas y las caídas de ingresos de la empresa.
Asimismo
la parte de la legislación laboral sobre las causas de despido tampoco ha sido
modificada, con lo que siguen siendo posibles por causas económicas, técnicas,
organizativas o de producción.
Por
ello, para nosotros, como para los sindicatos de clase, esta reforma laboral no
es el fin de la historia de los derechos laborales, que habrá que seguir modificando
empezando por el salario mínimo interprofesional (SMI) y el coste de los
despidos.
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